jueves, mayo 18, 2006

8/ Solo una mariposa azul


Una oreja es una cueva de piel. Siempre soñó con encontrar un lugar así donde esconderse. Se imaginaba entrando a una oreja para luego sentarse a escuchar todo lo que la humanidad pudiera ofrecer. Con el tiempo ha comprendido que sería una tortura, que siempre sería mejor no escuchar ni un lamento ni una brisa, nada, y escapar hacia el silencio de un caracol sería la felicidad perfecta.

Allá hay una oreja. Piensa, "debo acercarme". No sabe quién es el dueño o la dueña de esa cueva de piel, igual sigue adelante. Susurra: Ayúdeme, ayúdeme, se lo suplico, ayúdeme. El dueño o la dueña de la oreja ni se inmuta. Ayúdeme. No le mira. Ayúdeme. El microbús avanza. La velocidad es un vaivén triste. Ayúdeme. Miradas de extrañeza. La gente ahora le observa. Ayúdeme. El microbús se detiene. La oreja baja, es un lugar desconocido. Ayúdeme, necesito su ayuda. Ya de lejos. Solo silencio.

Otro desconocido o desconocida que ha huido de él. Alguien más que ha corrido creyéndole en delirio. Le ha condenado al silencio. Piensa: "no hay peor silencio que el que te grita que no existes". Cuánto tiempo ha pasado ya desde que él subió a este microbús, no lo recuerda. Los días pasan, el tiempo avanza, y él sin poder bajar. Tal vez todo sea una pesadilla, piensa. "Quizá en este mismo momento voy dormido. Sí, quizá eso es lo que sucede. Ahora mismo voy camino a casa, arrojado al sueño profundo con la cabeza pegada al vidrio, babeando, quizá roncando y apoyando mi cuerpo al hombro de una desconocida. Pero eso no podría ser posible, cualquier desconocida, ya furiosa, me hubiera despertado con un golpe". Cómo explicarse toda esta ridícula situación de dar vueltas y vueltas interminablemente en este microbús, eso, precisamente eso, no lo sabe. Solo sabe que allí está nuevamente esa mariposa azul.

La mariposa azul. Ha entrado por la ventana como siempre, como todos los días. Viene a revolotear sobre su rostro. "Es tan extraña su forma de volar", piensa, "que casi es como si fuera una personita atrapada en una mariposa azul". Esos incomprensibles caprichos con los que se guía a través del aire despiertan en él un profundo desconcierto. Ahora piensa en algo que antes le había rondado la cabeza de manera borrosa, se dice en silencio: "esta mariposa tiene un propósito", y lo busca, intenta pensar en ello y se queda mirándola durante horas y horas y sus ojos se cansan de mirar y de seguir su vuelo y se duerme y cuando despierta nuevamente la ve allí. Solo una mariposa azul dando vueltas en medio de este campo de flores que se erizan de terror.

Siempre soñó con un lugar donde esconderse. El microbús avanza.

2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

Este post está genial! El título no me gusta mucho, pero el texto es genial. Volveré.
Espero pronto un nuevo post.
Besos desde Argentina
María Angélica

mayo 25, 2006 5:39 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

nO PUEDO ENTENDER COMO PUEDES ESCRIBIR SOBRE ABIMAEL GUZMAN y encima titularlo como: Flores para Abimael!!! ¿Acaso Abimael se merece flores? No puedo entender como alguien que escribe tan bien como usted, pueda hacer algo asi. La amiga de Argentina no lo entiende porque no sabe quién es Abimael Guzmán y lo que significó para la Historia peruana. Yo soy peruano, de Huancayo, y sé lo que significa esta enorme herida en donde quedaron despedazados miles de miles de peruanos y todos nos encontrábamos aterrados en nuestras casas.
Cipriani y la iglesia ya se han proncunciado sobre el infame Codigo Da Vinci, me imagino que este blog y la supuesta novela Flores para Abimael también será censurada. Adiós.

Agustino

mayo 26, 2006 10:01 p. m.  

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